¿Qué hace un catalán en paro en un pueblecito a 100 km de donde Buda perdió la sandalia?

He llegado aquí para colaborar con ASSIST, una ONG india que ayuda a las comunidades rurales desde su base, y, por qué no, también para conocer la cultura del país, ver su situación y viajar un poco. Lo demás ya vendrá...

Si queréis consultar la web de la ONG:

www.assist.org.in

En la sección About us/Strategy os podéis hacer una idea aproximada de cómo trabajan.

¡Bienvenidos!


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Chilakaluripet, Guntur District, Andra Pradesh, India

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martes, 29 de marzo de 2011

La maratón colegial

Hoy intentaré ser un poco más conciso, que me cuesta. Como consejo por si alguno no lo hace, si hacéis click secundario en vídeos y fotos hay una opción para abrirlo en otra pestaña, con lo cual no hace falta esperar a que se cargue, verlo y luego volver.

Pues el sábado tenía algo programado, para variar la información pre-evento era cercana a cero, sólo que se trataba de una inauguración de un proyecto de agua. Efectivamente, tras una larga espera en la que me dediqué a hacer fotos, pasear, y hacer más fotos delante de una escuela, vinieron los invitados al evento, donantes de un Rotary Club que por lo que veo aquí tienen mucho peso en proyectos de desarrollo.




En resumen, al llegar los niños esperaban haciendo como un pasillito, entonces se descubría la placa conmemorativa correspondiente, se visitaba la miniplanta (una planta de tratamiento de agua por ósmosis inversa), luego se partían unos cocos en el suelo a torta limpia (sí, tal como leéis, yo también lo hice), que se ve que es una especie de bendición.

Entrada a un colegio

Cocokiller y algunas víctimas
Una de las ROP (Reverse Osmosis Plant)
Después de la matanza de cocos, se dejaban ahí sus pobres restos, y a pesar de los salpicones de leche de coco y los pétalos de flores (que nos tiraban al llegar) en la cabeza, la comitiva se desplazaba con dignidad hasta el grifo más próximo, donde efectuaban el ritual de probar el agua que salía y luego la daban a probar a algunos de los niños. Después se daba un discurso donde se agradecía a los donantes y se intercalaban algunas gracias para los niños (que no puedo traducir debido a mi desconocimiento teluguil). Después nos despedíamos entre alharacas, cogíamos el coche y a la carretera.



Ahora hablando en serio, lo cierto es que estos proyectos son una gran cosa... En el caso de estos niños y niñas, el agua a la que podían acceder en el colegio provenía de fuentes contaminadas o con parámetros que no la hacían potable (excesos de sólidos en suspensión, contenido en materia orgánica, microorganismos, etc.); ahora, todos pueden tener acceso a agua depurada durante todo el período escolar. Es un cambio brutal.




Sólo hubo un par de cosas que hubiera cambiado... una fue que no fuimos a ver una escuela, ni dos ni tres... ¡Sino seis! Y la última estaba perdida en medio del campo. Con lo cual fue un poco pesado y volvimos a las nueve de la noche... Pero bueno, está claro que fue por una buena causa y los niños estaban la mar de contentos.

La otra cosa que hubiera cambiado fue el impacto que causo en las poblaciones infantiles indias... Por un momento pensé en lo pesado que debe de ser para los famosos que la gente siempre los mire, les pida fotos, autógrafos, etc. ¡Suerte que no me gusta ser el centro de atención! Los niños se volvían locos al verme, supongo que muchos nunca habían visto a un occidental, todos me miraban, reían, chillaban, y cuando podían se acercaban a preguntarme mi nombre, darme la mano, etc., lo cual después del niño número 500 agota un poco. A veces les tenía que hacer un gesto para que callaran, cuando me hacían más caso a mí que a los discursos de los donantes... En una ocasión hasta me pidieron autógrafos. Ahora pienso que hubiera podido firmar "Cristiano Ronaldo" pero claro, sólo lo hubiera pillado yo. Para muestra, un par de vídeos:

Mis fans 1
Mis fans 2

Y a modo de despedida, os dejo un foto-finish... ¿Quién llegó antes a meta?

domingo, 27 de marzo de 2011

Mi primera boda india

Actualizo al fin de semana pasado...

El viernes Vianney, la directora de proyectos de ASSIST, me preguntó qué tenía que hacer ese fin de semana, y como le dije que nada, pues me propuso ir a Chirala, un pueblecito en la costa a una hora de aquí donde ASSIST tiene algunas habitaciones de invitados y varios proyectos en marcha. Por supuesto, me pareció un buen plan, sobre todo por la opción de ir a la playita (mataría por tener un sitio bonito y tranquilo cerca de la oficina...). El caso es que le consultó al empleado que se ocupa de los centros de esa zona y él le dijo que no había problema, pero que tenía una boda ese fin de semana así que si no me importaba ir estaba invitado. A lo que yo dije... ¿Playa? ¿Boda india? ¡Vamos p'allá!

Tras una hora de autobús de lo más auténtico posible, rodeado de nativos para variar, llegué a Chirala, donde me esperaba otro Murali (aquí todos se llaman igual, por lo menos los que he conocido usan una corta selección de nombres como Rama, Rao, Ranga, Krishna, Murthy, Murali, etc. en combinaciones de dos). Para variar hablaba muy poco inglés, pero por lo menos se veía muy buen tío.

Cogimos su moto y nos plantamos en la casa del novio (así, de sopetón), el cual por suerte hablaba inglés y se preocupó por mí, me preguntó, etc. Yo estaba flipando, pensando "¿pero tío, qué haces el día antes de tu boda perdiendo el tiempo con un desconocido?". Pero veo que la gente aquí es así, extremadamente hospitalaria, lo cual es de agradecer aunque a veces sepa mal que estén tanto por ti. Otras veces quizá se echa de menos un poco de independencia, pero no se les puede negar que son muy majos y te hacen sentir acompañado. 



Así que después de un rato fuimos por el pueblo en procesión, hicieron una especie de rito en un árbol y luego fuimos al templo donde se iban a casar al día siguiente. Allí el monje o lo que fuera realizó una serie de ritos con el novio y su familia, en los cuales yo también participé, no te lo pierdas. El hombre iba canturreando y de vez en cuando había que hacer algo, nos acercaba un cuenco con flores y teníamos que cogerlas, luego nos acercaba una especie de botafumeiro en miniatura y nos echábamos el humo hacia nosotros tres veces, etc. Por cierto, me pusieron el punto ese en la frente pero ¡se me olvidó! Así que no hay foto por el momento...

Pal templo vamos

No os perdáis el curioso templo, ni el cartel de la boda en la pared...

Después de una comilona familiar con el novio y su familia, Murali me llevó en moto a la playa, donde dimos un paseo. Allí había, al lado del pueblecito de la playa, pescado salándose en grandes contenedores llenos de agua, así como un sencillo monumento a 13 pescadores que perdieron la vida en el tsunami de 2009. ASSIST trabajó en ese pueblo de pescadores sobre todo a raíz de las desastrosas consecuencias del tsunami, de modo que la gente de allí reconocía a Murali y algunos lo saludaban mostrando un aprecio visible.


Aquí dejo un par de mis primeros trasteos con el HDR, una técnica que permite combinar fotografías con distinto nivel de exposición para conseguir imágenes de alto contraste y a veces muy espectaculares. Iremos mejorando...




Por la noche había como la despedida de soltero, que se celebró en el patio de la casa de invitados donde me alojaba. Todo hombres para variar, hablé básicamente con un par que dominaban el inglés, por lo demás pues a ratos la gente hablaba telugu y no me enteraba. Habían comprado bebida, comida... No quisieron que pagara nada, a pesar de que el alcohol allí es más caro que en España.

Al día siguiente, después de estar en la familia del novio (y hablar a ratos con él de nuevo) fue la boda...  Tras un desayuno multitudinario, entramos en el templo, y tras un rato de espera empezó todo.Me sorprendió la informalidad del tema, ya que dentro de la especie de escenario donde se realizaba estaba buena parte de la familia... El público entraba y salía del templo, hablaba... Por otra parte, básicamente el encargado del templo iba realizando ritos que ellos dos seguían; a media boda, se cambiaron de ropa, y luego siguieron con más ritos. Me resultó curioso que fuera típico tirarles arroz, aunque en este caso la gente hacía cola para poder acercarse al "escenario" y realizar un lanzamiento personalizado. En resumen, muchísimo más informal que una boda cristiana al uso, lo cual en general me gustó bastante. Aquí la gente parece menos atada por convenciones sociales en algunos aspectos (en otros quizá más) y en celebraciones de estas todo parece más natural y diría que parecen disfrutar incluso más. Os dejo algunas muestras...









Después de la boda hubo una comilona donde probé algunas cosas buenísimas. Más tarde volví a la casa de invitados y me eché una siesta porque estaba reventado. Después de estar un rato mirando y procesando las fotos de la boda, cené con Murali y cinco amigos suyos. A pesar de que sólo dos de ellos hablaban inglés y con un nivel más bien humilde, estuvimos charlando bastante rato, intercambiando opiniones sobre la India y España, preguntando mutuamente, haciendo bromas... Pasé un muy buen rato y por primera vez no me sentí desplazado en un grupo de gente.

Al día siguiente todavía hubo otro rito más, realizado en la casa del novio:

Como duró casi dos horas, al cabo de un rato algunos amigos y familiares me hicieron pasar a una habitación donde estaban tirados y también charlé con algunos de ellos, vimos fotos... Les pregunté sobre el telugu, el idioma de Andra Pradesh, y me contaron que es muy difícil, el alfabeto contiene unas 54 letras en total, 14 de ellas vocales... Y la forma de escribirlo es como una especie de japonés muy redondeado, para que os hagáis una idea.

Bueno, para despedirme, la foto estrella:


P.D.: A ver si alguien más se anima a hacer algún comentario, si no da la impresión que no se lo lee nadie (a mi novia ya se lo explico por skype) y desanima bastante... Cada entrada requiere una cantidad de tiempo importante a invertir.

lunes, 21 de marzo de 2011

Bichissoise

Dragoncetes comemosquitos:





Polillas y similares:





Un sapo enorme que vi este fin de semana, casi tan grande como mi puño:







Y la superestrella de la noche, la araña más grande que he visto hasta ahora, y será que por aquí no he visto ni nada... Si ampliáis la imagen hasta se le ven los ojos, yo por ahora le he visto seis de los ocho que debería tener...





Encuentro con los chilakaluripetienses

 Bueno, hoy no tengo muchas ganas de escribir así que me basaré más en las fotos, por aquello de que una imagen vale más que mil palabras.

El domingo de hace una semana me encontraba agobiado de estar todo el día de la oficina a la habitación y viceversa -a las seis se hace de noche aquí y los mosquitos salen en bandadas, y en los alrededores tampoco hay nada-. Así que junté fuerzas y coraje y me dirigí a pie a Chilakaluripet (city), para lo cual hay que atravesar una autovía a pelo y luego andar por el arcén unos diez minutos, rezando a Shiva, Ganesh y todos los dioses indios que se conozcan (en mi caso llevo tres creo).

Una vez llegado allí no sabía muy bien qué hacer. Las ciudades indias me resultan muy extrañas: llenas de gente pasando, tráfico de locos, y obviamente, por lo menos aquí, todos indios. Te sientes como si de golpe hubieras aparecido en pelota picada en medio de La Mina en Barcelona. Notas que la gente te mira y te sientes incómodo, no puedes pararte un segundo, tampoco hay bancos ni parques ni nada parecido, por no haber no hay ni acera... Así que me puse a andar siguiendo la calle principal, aunque al poco ya vi que no me convencía.





Así que me metí por callejones de por ahí. La gente se me quedaba mirando, e incluso alguna anciana me señalaba a mí y luego a sus ojos, sonriendo, en un gesto muy explícito que, sin yo saber telugu, creo que se podría traducir como "¿Habéis visto a este tío tan raro?". 



Al cabo de poco unos niños curiosos me saludaron, y en cuanto les hice caso ya me pidieron que les hiciera fotos. Después de tomar cada una de ellas, todos venían en tropel para verlas en la pantalla, y se tronchaban de risa. Al cabo de poco me pedían otra foto, y así sucesivamente. A medida que nos íbamos moviendo, me decían que fuera tomando fotos a las familias u otros niños que había por ahí, de manera que al cabo de poco tenía un pequeño ejército rodeándome como si de mi guardia personal se tratara. Cada vez se iban añadiendo más y más niños, y tomar una foto mínimamente natural era imposible desde el principio, ya que se empujaban unos a otros, se tiraban de la camisa e incluso saltaban para aparecer en la foto, con lo cual me fastidiaron más de una que hubiera valido la pena. Sin embargo, eran muy divertidos, con una energía tremenda, continuamente intentando comunicarse conmigo (algo que muy pocos conseguían debido a que casi ninguno sabía una palabra de inglés). Algunos decían "Japan" al principio, quizá pensando que yo era japonés (claro, y mi padre es keniata y mi madre esquimal), lo cual no es tan escandaloso si tenemos en cuenta que más de un adulto también me ha preguntado si España estaba cerca de Japón.




De todas formas se portaron muy bien conmigo, unos me llevaron a ver su parroquia particular, otro me llevó a su casa y luego me compró uvas (las cuales no me comí en el instante por supuesto, en parte por la cantidad de moscas que revoloteaban alrededor de la fruta y en parte recordando la gastroenteritis sufrida hacía una semana). La generosidad de esta gente parece no tener límite, realmente comparten lo que tienen. Haríamos bien los occidentales en tomar nota de ellos en este sentido. Bueno, más fotos y aquí van un par de vídeos también:





Esos pequeños agotadores

Inside chilakaluripetiense's house

Al cabo de una hora y pico había tomado más de ciento cincuenta fotos, es decir, más de una foto por minuto. Los niños me llevaban de un lado a otro como una marea enfurecida en miniatura y por un momento me medio perdí, al final por suerte reencontré el camino y ya les dije que me marchaba, decían que no y hasta me tiraban de la manga con fuerza, pero finalmente me pude escabullir. Sólo cinco de ellos me acompañaron hasta la oficina de la ONG, luego querían entrar pero por supuesto no les dejé, ya que sólo estaba el vigilante y yo no podía hacerme cargo de cinco pequeños bicharracos. Y hablando de bichos...

jueves, 17 de marzo de 2011

The Collector is here

           Al día siguiente de volver de Vijayawada, cuando ya terminaba de trabajar me enteré de refilón de que había un acto de la ONG al cual se suponía que debía ir. Cuando fui vi que se trataba de un acto de despedida de uno de los centros de “Vocational training” que tiene la ONG. En estos centros se forma a los adolescentes que no han podido tener una educación escolar para darles unos conocimientos prácticos específicos sobre trabajo de laboratorio, mecánica de coches, etc. y luego se los intenta colocar (algunos terminan trabajando en la propia ONG). El período de formación es de seis meses, y por lo visto aquel era el acto de despedida de una “promoción” que ya había terminado. Se me olvidó la cámara así que no tengo fotos, pero fue divertido. Básicamente se combinaba la entrega de certificados y premios a los adolescentes con algún discurso y, sobre todo, actuaciones de los propios adolescentes, que no tenían ningún reparo en salir al escenario y bailar a lo Bollywood con música que traían preparada. Algunos lo hacían francamente bien, se notaba que les gustaba mucho.
            El momento surrealista de la noche llegó cuando de golpe fui conminado a salir al escenario, sin idea de qué tenía que hacer (maldito acento indio) y esperando que no fuera una coreografía de baile. Afortunadamente sólo se trataba de entregar diplomas con la consabida foto política. Más tarde repetí, y me impactó bastante cuando le entregué el diploma a un muchacho discapacitado que andaba con las manos. Luego me impactó aún más cuando este mismo chico hizo también una representación con música y sus compañeros silbaban y lo jaleaban con todo su compañerismo.
            Después hubo una cena multitudinaria en la que fui invitado de honor y servido el segundo. Mi estómago todavía se encontraba en estado crítico aunque por suerte la gente de allí fue avisada y me sirvieron arroz blanco, del acompañamiento sólo probé un poquillo. Fue la primera comida sólida después de la gastroenteritis.
            Antes de irme, también casi por casualidad me enteré de que al día siguiente a las 6 me iba con el director a un lugar (cualquiera se entera con los nombres que tienen y con cómo los pronuncian: Elachetladibba y Nachugunta) porque había no sé qué acto.

Así que dormí cuatro horitas, me levanté y me arrastré hasta la entrada, donde me esperaba el coche del director. De ahí emprendimos un viaje de dos horas y media por una autovía con los consabidos conductores kamikaze que pitaban sin parar, flanqueada por paisajes apocalípticos.


Al llegar allí coincidí con el director de personal, Murali, que me explicó mejor la situación. Conforme el día fue avanzando y durante aquella semana me fui enterando de todo. En resumen, el tsunami de 2009 había destruido una aldea pesquera llamada Elachetladibba situada en una islita. Assist trabajó para reconstruirla, con ayuda del gobierno, y el mismo gobernador del distrito de Krishna visitó la población y prometió colaborar con Assist. Ahora, un año y pico después, el gobernador volvía para comprobar que los trabajos habían sido terminados.
Dado que también colaboro con la ONG con el tema de información, me llevé mi flamante cámara nueva para hacer fotos, lo que no sabía era que tendría que hacer de paparazzi. Murali me explicó un poco la situación y me instó a seguir al gobernador a todas partes para tener buenas fotos que luego pudieran ser usadas por el departamento de documentación y en las noticias de la web, ya que la visita de este hombre era una medalla importante.
Mientras estábamos en el embarcadero donde nos había dejado el coche, varios vehículos llegaron y antes de que pudiera reaccionar ni saber quién era quién una multitud nos pasó por delante, se subió a una barcaza y se fue… Por lo visto era el gobernador (aquí se llama Collector) y su séquito de ayudantes, varios fotógrafos, miembros del gobierno local y regional, etc. Un montón de gente. Parecía el hombre una estrella de Hollywood, con esa permanente aglomeración a su alrededor.
Tras esto, cogimos una barca nosotros también y tras un trayecto de unos tres cuartos de hora bajo un solano infernal llegamos a Nachugunta. Allí había un ferry que sería inaugurado en breve y que el gobernador iba a visitar. 

Este ferry servirá para que la gente se pueda desplazar entre los pueblos de forma más rápida y segura, ya que hasta ahora lo han hecho a lo National Geographic, como podéis ver en la foto (en ésta no se ve, pero las vacas/búfalas viajan nadando, atadas a la barca; tampoco os perdáis las dos o tres motos que hay subidas).

Allí en Nachugunta con el Ferry ya empezó el caos, ya que seguir al gobernador e intentar conseguir buenas localizaciones para sacarle fotos era una locura, pues tenía que correr para adelantar a su grupo, apretujarme entre las multitudes que intentaban acercarse a él, colarme para subir al ferry antes que los demás, salir del grupo otra vez para hacerle una foto desde delante mientras caminaba,  todo ello intentando no tropezar con los otros fotógrafos que también se desplazaban por los obstáculos del terreno, tratando de no caerse y conseguir un buen encuadre… Entretanto Murali me jaleaba como si fuera un perro de presa, y me indicaba dónde estaba el gobernador de vez en cuando (con tanta gente a menudo lo perdía de vista cuando se movía, y luego era imposible localizarlo). Había momentos entre la histeria y el pánico (exagerando) como cuando el gobernador cogió un transporte y desapareció. de improviso. Íbamos a seguirlo corriendo, pero entonces un indio muy amable (un ingeniero de uno de los proyectos) nos vio apurados, así que me llevó en su moto adelantando a los otros que trataban de llegar adonde iba el gobernador.
En fin, después de que el gobernador visitara el ferry y algo de los alrededores (yo lo veía moviéndose entre casas o sitios y hablando pero claro, no me enteraba de nada porque era todo en telugu, el idioma de la región), la gente se fue moviendo en barco hacia Elachetladibba, que era el pueblo donde Assist y el gobierno habían actuado para reconstruirlo tras el tsunami, con caminos de cemento, casas, una planta de potabilización de agua, un tanque de aprovechamiento de agua, un centro multiusos y más cosas. 



Allí el frenesí duró unas cuantas horas más ya que el gobernador fue visitando las distintas obras, y al final me escaqueé un rato porque estaba saturado. Para que os hagáis una idea hice casi cuatrocientas fotos, y la mayoría no podían ser cómodas porque, con tanta gente por en medio, para conseguir que apareciera el buen hombre tenía que subirme a sitios, ponerme de puntillas y tomar la foto con los brazos extendidos hacia arriba, correr para adelantarlo, etc. De hecho se me rompió una sandalia y todo. Las últimas fotos las tomé arrastrando la sandalia por el suelo… Y sudé como un pollo, y descubrí que la gente de aquí no suda… Es increíble, a treinta y pico grados, a pleno sol… Yo de hecho me quemé, con las prisas me olvidé la crema solar, suerte que Murali me dejó muy amablemente su gorra porque si no seguro que me pilla una insolación…
En fin, adjunto algunas fotos y un vídeo para que os hagáis una idea. Por si a alguien le interesa, el famoso “Collector” es el hombre con bigote y gafas de sol al que todo el mundo mira y que aparece en tres fotos, en una de ellas en el discurso final que hizo. 




Después se hizo una comida de celebración y acompañamos al gobernador hasta la orilla… y por fin llegó la paz. Tras comer tranquilamente y una reunión del staff de Assist con la gente del pueblo, nos volvimos para Chilakaluripet. Unas tres horas y media más tarde me estiraba en mi cama, hecho polvo pero contento, y con unas sandalias nuevas que amablemente me habían comprado para compensarme por las que había roto en mis carreras persecutorias.


 En esta última foto podéis ver una de las chabolas donde acostumbraba a vivir esta gente y una de las casas que Assist les ha construido. No hay color… las calles marrones que aparecen también las hizo la ONG, así como el estanque de agua, la planta depuradora y demás.
         En vista de la porquería de vídeos que hace blogger, me he abierto una cuenta en vimeo y en el blog colgaré el enlace. ¡Ay que vimeo toa!!! Iré actualizando los anteriores vídeos. Es un pelín más engorroso pero la calidad merece la pena... Los dos de Chilakaluripet ya están actualizados. Aquí tenéis dos para este post, se ve casi igual de bien que los vídeos de mi cámara:


Elachetladibba village
Transporte de lujo


Y me despido con una mueca bóvida, de vaca sagrada o no (no le pregunté)... Que os dice adiós, por ahora.