Vacaciones con Teresa: Chirala

Hola a todos, aquí llego tras las vacaciones con Teresa, con menos ganas de trabajar pero muy buenos recuerdos y más de mil fotos... Jeje...

El día 17 de abril por la tarde llegó Teresa, y tras irla a buscar al aeropuerto fuimos a la oficina, donde conoció a varios trabajadores de por aquí. Después pasamos la tarde juntos y nos pusimos al día... Por la noche conoció a las chicas que había en el piso de abajo, unas 20 chicas que han pasado seis meses aquí aprendiendo inglés e informática gracias a un programa de ASSIST.

Eran unas chicas muy majas, pasé algunos ratos con ellas, lo único malo es que hablaban poco inglés y, supongo que por vergüenza, conmigo no lo hablaban en absoluto...

Al día siguiente por la mañana nos llevaron a Chirala de nuevo, ya que la idea era pasar allí el domingo de relax y el lunes hacer visita de proyecto. Al llegar Teresa ya tuvo su plena inmersión cultural, ya que fuimos a casa de un amigo mío de allí y nos dieron el segundo desayuno, que no pudimos terminar. Aprovechando que los hombres estaban por ahí, las mujeres le sacaron a Teresa su repertorio de saris y luego le hicieron probarse uno. Aquí la tenéis en su salsa india (masala por ejemplo):

¿Cuál de ellas no es india?

Después de ello, comimos tranquilamente en la casa de invitados con Murali, el que se ocupa de allí, y el conductor. Aunque se esforzaban porque la comida fuera 0 picante, lo cierto es que picaba bastante, sobre todo a Teresa, que no estaba acostumbrada (tras una gastroenteritis y varias carreras al baño yo ya empiezo a inmunizarme).

Por la tarde, sobre las seis, fuimos a la playa a ver la puesta de sol, aunque esta vez en una playa distinta.

Con Teresa :)

El HDR ya aplicado a fotos más serias

 Ya de noche Murali nos propuso algo que, para variar, no comprendimos bien, aunque dijimos que sí. De modo que, sin comerlo ni beberlo, de golpe nos subimos a una barca de pescadores, y casi en plena oscuridad nos metimos en el mar. Con las olas de cara, la barca se encabritaba y luego caía con fuerza al agua, de modo que fue bastante movidito. De hecho yo me veía cayendo al agua, o teniendo que tirarme y abandonar mi cámara a su suerte para salvar a alguien, ya que ellos no saben nadar. De hecho habla muy bien de Murali el que se metiera en la barca con nosotros, teniendo en cuenta que le tiene pánico al mar y que dos semanas antes a pleno día no se atrevía a meterse más que por la cintura.

Después de la impresión inicial, muy divertida por otra parte, la cosa se calmó e incluso nos hicimos alguna foto en la barca, aunque obviamente apenas se veía nada.

Después de regresar, estuvimos bebiendo una cerveza en la playa con Murali y su amigo Shiva, comunicándonos con ellos con inglés de Tarzán y haciendo el friki con la cámara, haciendo pruebas con fotos nocturnas (creo que si a Teresa no le gustara también el tema ya me habría dejado).

Teresa con Murali y Shiva

Al día siguiente fuimos a desayunar a casa de Shiva, que nos obsequió con cordero con salsa picante, lo cual contribuyó a la inmersión gastronómico-cultural de Teresa un poco a lo bestia. Después nos acercamos a la oficina de ASSIST y de ahí un coordinador de área nos acompañó a Dande Colony, un pueblecito con el que ASSIST ha trabajado intensivamente, dotándolo de pozos, un colegio y dos profesores, viviendas sólidas, un órgano democrático de autogobierno y otras cosas.

Visitamos el pueblo y nos explicaron un poco lo que se había hecho, y también pasamos un rato en el colegio, que no era sino una casa con dos espacios donde los 50 niños del pueblo aprendían. Te sientes un poco raro en estas ocasiones, como si de golpe fueras un presidente en una inauguración o así, ya que los niños se ponen en pie y te saludan con un "Good morning, Sir" a coro que te descoloca un poco. Sin embargo, les hacía mucha gracia vernos y gracias a nuestras sonrisas se soltaron bastante. Interactuamos un poco con ellos y creo que les gustó la visita, ni que fuera para ver a dos bichos raros tan exóticos como nosotros.

Tras seguir en el rol de presidentes un rato más (sentados en dos sillas con la gente de pie alrededor, después de que una maestra acompañara a Teresa protegiéndola del sol con un paraguas, sólo nos faltaba alguien abanicándonos con una hoja de palmera), escribimos unas líneas en el libro de visitas y nos fuimos.

Tras ello, estuvimos visitando a un par de familias que trabajaban con telares. Era impresionante ver cómo manejaban esos aparatos, totalmente mecánicos, sin electricidad, y cómo de los hilos iba saliendo un sari. Nos contaron que aquellas familias fabricaban unos 12-16 saris al mes, trabajando entre todos de 6 de la mañana a 10 de la noche, con lo cual ganaban 100 euros mensuales de los cuales dependía toda la familia.

Telar

Por cierto que Teresa me trajo un teleobjetivo que había comprado por internet, además de unos tubos de extensión para hacer macros, así que preparaos para una avalancha de fotos de bichos, lagartos, pájaros y todo tipo de animalejos:

Foto por Teresa, de un lagarto de por ahí

Como en todas partes aquí, la miseria y la basura aparecen de pronto en cualquier parte, y nunca dejan de impresionar.

Comimos en un restaurante fantástico al que pienso volver, y luego estuvimos dando unas vueltas por el pueblo, donde Teresa pudo experimentar el shopping a la india y ver esas tiendas de ropa igual de caóticas y desordenadas que las calles que las circundan.

Después, Teresa pudo estrenar uno de los dos saris que Vianney, una directora de la ONG, le había regalado, haciendo gala de la generosidad, a veces apabullante, de la gente de aquí.

Y para finalizar la entrada, una foto "vaquil" con estrella invitada incluida: