Visita al templo

Ayer domingo, como tenía el día libre, aproveché para moverme un poco y acercarme al templo de Matta Pakonda.

Aquí está llegando el verano y hace un calor que te mueres, llegando hasta 37 grados, de manera que sólo salir a la calle ya me estaba planteando volver a la habitación y pegarme una ducha. 

Un compañero del trabajo me acompañó hasta la estación de autobuses, allí ya empezaron las incongruencias; por lo que me habían dicho el bus llegaba hasta arriba de todo, y la parada final era el templo, pero al hablar (él) con un local le dijeron que no, que sólo dejaba al pie de la colina. Subir a pie hasta el templo no era una opción (después de andar cinco minutos desde la oficina hasta la estación ya me moría de calor), así que me planteé la viabilidad de la visita... Pero al final me dijeron que habría un jeep esperándome. Sin más información cogí el bus. Al cabo de varias paradas afortunadamente un lugareño me avisó de que esa era la parada del templo, porque si no no sé dónde habría terminado.

Sin comentarios

Allí no hacía tanto calor, gracias a una brisilla muy agradable. Además es un lugar relativamente turístico, así que dentro de lo que cabe la gente me ignoraba bastante (bueno, me abordaron y se me pusieron a hablar tres veces en total, pero no es mucho para haber estado varias horas por allí), así que me podía dedicar a mirar el paisaje y hacer fotos con bastante tranquilidad.

Lo primero que fotografié fueron algunas florecillas, sobre todo unas violáceas que crecen en los sitios más insospechados (como en medio de la basura) formando aglomeraciones de gran belleza.

Al poco, vi algo que se movía y me quedé flipando cuando comprendí que se trataba de un macaco. Así que estuve un buen rato haciéndole fotos como un poseso a él y sus dos compañeros. Pero en cuanto me moví de allí comprendí que en realidad eran los amos del lugar, ya que se acercaban descaradamente a las personas, se metían en los vehículos o incluso les robaban la comida a los niños (bolsas de plástico de patatas chips, para más inri). 

Les pude hacer alguna foto de cerca, aunque en otros casos he tenido que recortar la original. Eché de menos un objetivo con más alcance para hacerles algún primer plano, ya que al acercarte los bichos o se iban corriendo o se ponían agresivos...

Un ejemplo de lo que se puede hacer trasteando con HDR

Se notaba que era un sitio turístico porque había gente mendigando, e incluso un tío todo vestido de plateado  haciendo de estatua humana que parecía sacado de las Ramblas, pero en versión india.También había algunos personajes bastante impactantes como el monje de la foto o el viejo tuerto, con el que por primera vez rompí la regla de no dar limosna.

Para volver fue un problema, ya que había tres jeeps aparcados pero sus conductores se encontraban ausentes o haciendo la siesta. Me tuve que quedar a la sombra de uno de ellos durante un buen rato, hasta que al final llegaron varios pasajeros y el conductor. El momento indio de la vuelta fue cuando la parte de detrás ya estaba llena, y yo me senté delante en el asiento del copiloto. Luego se metió otro indio, y otro, y luego el conductor... Con lo cual acabamos bajando un trozo cuatro tíos en la parte delantera del coche. El conductor iba con medio cuerpo fuera y tenía que pasar el brazo por encima de las piernas de los otros para cambiar de marcha... Si no hubiera sido porque necesitaba los dos brazos para no carme por el lateral del jeep (totalmente abierto), sin duda el vídeo habría valido la pena.

Y para seguir la tradición os pondré otra vaca, aunque esta en realidad estaba en reserva de otra salida...